top of page

El Rey del Pop no ha muerto, está en Barcelona

  • Tábita Forja y Valentina Carbajal
  • 11 may 2018
  • 9 Min. de lectura

Se hace llamar Michael y hace más de 16 años que imita a Michael Jackson, el Rey del Pop, en las calles de Barcelona. Desde que salió de su país, Ecuador, ha buscado ganarse de la vida de la manera en que a él le gusta: bailando y haciendo shows. Si bien no siempre ha sido sencillo, Michael nunca ha dejado de lado sus sueños, ni por impedimentos de la policía ni por ninguna otra razón. Cuando no está jugando con su hijo pequeño Prince, preside la Asociación Nacional de las Artes y la Cultura.

Michael y Valentina - Tábita Forja

Michael contando más sobre su experiencia en Barcelona - Tábita Forja

"A veces me dice: “Papi, cuando tú te mueras, el Rey voy a ser yo”. Porque él se llama Prince y él dice que yo soy el Rey del Pop y él es el príncipe".

¿Cuál es tu nombre real?

Mi nombre real es Michael. Bueno, es Miguel ¿no? Nací el 29 de agosto de 1900 no te lo voy a decir, ¿vale? (risas). Nací el mismo día que Michael Jackson; somos el mismo signo. Hay cosas que van conectadas.

¿Dónde naciste?

Yo soy de Quito, Ecuador. De la mitad del mundo. Un país lindo y hermoso. Las invito para que vayan un día.

¿Cómo conociste a Michael? ¿Cómo Michael conoció a Michael?

Es una historia que llevo desde muy pequeño, yo bailo desde los 7 años. Vengo de una familia donde la mayoría son artistas y hacen un montón de cosas y la música ya es mi raza misma. Vengo de raza negra, entonces la música está en casa: las fiestas, los bailes. Mi hermano es un coleccionista de discos. Compró el CD Thriller de Michael Jackson y vi el primer vídeo en un programa que se llamaba Soul Train y eso era lo máximo. Nos parábamos ahí con mis primos y mis sobrinos a bailar todo el tiempo y bueno, Michael Jackson me encanta desde pequeño.

Michael junto a Jenny y Matt haciendo un show en Arco del Triunfo - Valentina Carbajal

¿Cómo terminaste en Barcelona?

Lo que pasa es que en mi país llega una crisis bien fuerte por el cambio monetario. Entonces a lo mejor tenías mucho dinero en el banco y eso quedó en cero, en nada y quedó todo el mundo ahorcado.

Cuando le dijiste a tu familia en Ecuador sobre tu plan y sobre irte, ¿qué te dijeron?

Bueno, cuando te vas ¿Qué te van a decir? No, no, me dijeron que me fuera bien, que iba a triunfar porque soy bueno. Es que hablamos de épocas distintas… Jenny y Matt (los artistas con quién hace el show actualmente) están ahora como cuando yo llegué, que me lo estaba comiendo todo… son épocas distintas. Yo viví la época del Rey del Pop y hay que tener mucho cuidado también porque la calle te engancha. Porque a lo mejor, yo ahora no tengo trabajo y descubro la calle y hago dinero. Pero trabajo si quiero o no. Si necesito dinero digo, va, lo voy a hacer. Y haces dinero y te engancha.

Cuando decides venirte y decides trabajar sólo en el área del espectáculo, ¿cómo fue el recibimiento de Barcelona?

Cuando yo empecé aquí, llegué y un par de semanas estuve... como perdido. Pero a partir de ello, me informaron que tenía que ir a los ayuntamientos, a los casales a buscar información a ver si podía instruir y de todo. Entonces ahí vas, puerteando ¿no? Y bueno, he tenido mucha suerte. Los tres primeros meses bailaba en una discoteca que se llamaba La Paloma, que existía aquí por Plaza Universidad. Y hacía de Michael, siempre de Michael. Era una pasada, porque yo a lo mejor ganaba por un espectáculo (hace un montón de tiempo) 20 dólares, que en mi país no es absolutamente nada, y venir acá y que te paguen 150 euros, ¡Imagínate! Y una vez mi ex-cuñado me dice: “Vamos a darnos un paseo por Ramblas". Yo no conocía nada. Y bajamos por Ramblas un día por la noche y eso era impresionante, era mágico. Esa calle era una locura. Habían artistas de todo, de todo.

Entiendo que antes, ¿aunque no había regulación no se los prohibían?

Bueno, había tolerancia más que todo. Cuando venía la Guardia Urbana y te decía que no podías estar ahí pues te tenías que marchar y ya está. Pasé por ahí (por Ramblas) y eso era súper lindo. En la noche se convertía en un escenario Ramblas. Había artistas muy, muy buenos, tenía la gran oportunidad de relacionarme con artistas muy buenos. Lo que a veces en los teatros no pasa. En la calle hay cosas impresionantes. Luego íbamos bajando, más o menos por donde están los pintores, antes de llegar a Drassanes, había un espacio. Y había un chico haciendo de Michael Jackson, pero no lo hacía muy bien. Entonces yo le digo a mi cuñado: "Wooow, si me pongo aquí es que lo reviento".

"En cada tema de Michael hay un significado, da mensajes de ser buena persona y que luches por lo que realmente quieres, es mágico"

¿Nunca en 16 años pensaste en probar con un trabajo de oficina?

Bueno, aquí he hecho alguna cosa. No es que no haya hecho. Sí, claro que sí. Para demostrarle a la gente. Por ejemplo, un chico una vez me dice: "Tu eres mariquita porque solo sabes hacer esto, te voy a llevar conmigo a la obra", y yo le dije: "Cuando quieras". Entonces me llevó a la obra y ahí pasé un mes derribando pisos. Entonces claro, el chico cuando me vio se sorprendió y le dije: “Sí, es currante pero no es lo mío".

Michael haciendo la presentación inicial de su show - Tábita Forja

¿Cómo fue el cambio de “tolerancia”? De poder estar en la Rambla a que ya no haya tolerancia.

Eso fue bestial. Lo que pasa es que la gente abusa... la gente abusa demasiado. Yo fui la última persona de espectáculo que echaron de Rambla. Yo siempre procuro ser muy respetuoso y muy educado con cualquier persona. Por eso siempre he tenido más tolerancia o mejor trato que los chicos bailarines, los bboys... No se por qué serán así pero tienen una mentalidad de que van de matones y no puede ser. Ningún hombre se come a otro hombre. Pero claro, cuando estás en grupo siempre eres el más fuerte…

Pero los policías también están en grupo…

Ya. Sí, sí. Pero me refiero entre los compañeros. Por ejemplo, iba yo y les decía que por favor bajen el sonido porque ellos llevaban un altavoz muy grande para Ramblas y ahí no hace falta tanto ruido porque ahí ya se cierra el sonido. Y claro, ellos estaban ahí toda la mañana y luego había otros chicos de Marruecos que hacían sus acrobacias y todo el rollo, también todo el día. Y es normal: tienes domicilios por aquí, domicilios por allá y Ramblas en el medio. Si tu vives aquí, ¿vas a estar escuchando todo el día eso? Obviamente se van a quejar. La gente dice que ahí era toda una locura y nos iban echando y bueno, también tenía razón la gente... ya no pueden más.

Ahí había otro chico que hacía de Michael Jackson también. Yo normalmente siempre voy por las tardes porque trasnocho mucho. Mis trabajos siempre han sido nocturnos entonces el cuerpo se acostumbra, entonces yo siempre bajaba por las tardes. Y bueno un día se me ocurrió bajar más temprano y me encuentro a este chico ahí. Este era un chico que anteriormente me había dicho que por qué no bailábamos juntos y yo le dije que no, que no hacía falta... que yo solo no necesitaba a nadie. Y bueno, el cogió la idea y se puso. Pero era un poco chocante porque el consumía, ¿vale? Que no pasa que consuma, pero claro, lo hacía en Ramblas y cuando estaba caracterizado la gente pensaba que era yo y eso era fatal y le dije que eso no estaba bien porque la gente pensaba que ese era yo. Que yo no soy nadie para decirle que no fume, pero al menos que no fume aquí... o no fume con el personaje.

¿Entonces dices que la regulación surge por el abuso por parte de los artistas?

Es que, la regulación para los artistas de variedades no existe. Simplemente nos echaron. Para payasos, mimos, bailarines, no existe una regulación y esto desde hace un montón de años. Por eso con mi asociación, Asociación Nacional de las Artes y la Cultura, estamos luchando.

Cuéntanos un poco de tu asociación. Cómo surgió, objetivos, miembros...

La asociación surge porque un 25 de junio, que hacen unas quedadas aquí en Plaza Catalunya para conmemorar la muerte de Michael Jackson, yo suelo ir e hicimos un espectáculo. Entonces yo le digo a la madre de mi hijo, que es la secretaria (de la asociación): "Oye, que tal si nos pedimos un permiso un día para Plaza Catalunya y hacemos un mini festival”. Luego le digo: “¿Sabes qué? Mejor hagamos una asociación para conseguir permisos y así ya podemos hacer todos los espectáculos que queramos". Nos tomó por lo menos unos 6 meses lograr tener la asociación. Te van metiendo trabas para que te aburras y abortes. Y nosotros seguimos insistiendo. De momento tenemos 15 personas en la asociación y son de diferentes ámbitos, hay de todo. La gente es muy tacaña, le gusta todo ya hecho. Lo que hay que aportar para la asociación son 5 euros mensuales o 60 euros al año.

¿Qué les da la asociación a ellos a cambio de esos 5 euros?

Por ejemplo, si viene la guardia por equis motivo y te saca tus cosas, nosotros vamos. Porque eso no puede hacerlo la guardia. Ellos dicen: “Que te quito todo”, pero no hay ningún artículo que diga que pueden quitarte tus cosas personales.

¿Qué fue lo peor que te ha pasado trabajando en la calle?

Me han quitado la recaudación y he estado a manazos con el guardia ahí… Y yo le dije que no me iba a quitar una mierda. Me puse así mal porque justamente venían las matrículas de los colegios de mis hijos en mi país, así que necesitaba recaudar dinero sí o sí.

Michael contando más sobre su experiencia en Barcelona - Valentina Carbajal

¿Por qué deciden vivir acá y no irse a otro lugar donde sí haya permiso?

Es que es Barcelona. Es linda Barcelona. (Risas) También que, aunque en otras ciudades si haya permiso, no hay tanto movimiento como en Barcelona. Esta es una ciudad que te atrapa. Como Barcelona no hay en ningún sitio.

Para el tema de los permisos, ¿tienen estructurada una organización para los bailarines?

Sí, sí claro. Hay un esquema, pero que lo lleva Antonio (el vicepresidente de la asociación). Hay un ejemplo que cogemos de toda Europa, porque en todos lados les dan permiso a los artistas menos aquí. ¿No eres Unión Europea? Pues venga, vamos a ser Unión Europea.

Es una cosa bastante fuerte porque muchos que van por ahí piensan que el artista de calle no vale nada. Además, ¿sabes qué pasa? Que en nuestros países no hay casi apoyo para los que estamos en la calle, es eso también. Porque en mi país hay muchos que son muy buenos también y están haciendo calle.

¿También hacen fiestas?

Sí, claro. Es que nosotros, la proyección de la asociación, es estar hasta en la sopa. Si tu vienes aquí a tomarte algo, que tu posa vasos diga ANAC. Es que una vez que esté fundada, esto es eterno. Es como un partido político, ya no se pierde más, es lo que le digo a los chicos. Una vez que ya está hecho, ya está. Yo le digo al Prince, tiene seis años: “Hijo, esto es tuyo, ¿vale?” y él: “Sí, papi, tú no te preocupes”.

Prince baila un poco, bueno… va por ahí haciendo el loquito. A él le gustan muchas cosas. Ahora está loco con los bichos. Ya es el tercer año que estamos coleccionando gusanitos de seda, es una pasada, una locura. Ahora toda mi información se la paso a mi hijo. A veces me dice: “Papi cuando tú te mueras, el Rey voy a ser yo”. Porque él se llama Prince y él dice que yo soy el Rey del Pop y él es el príncipe. Es una pasada ese chico. Mi primer hijo se llama Michael, él tiene 16. Yo tengo 7 hijos…

Dimos por terminada la entrevista y nos pusimos a charlar sobre la recaudación de los artistas, con lo cual nos pidió que encendiéramos de nuevo la grabadora:

Esto es por todos los artistas, seamos o no de escuela y los que nos dedicamos 100% a ello. Cuando tú te dedicas a una labor, tienes que ser recompensado. Qué tal si te dicen que hagas tu trabajo pero que no vas a cobrar porque es por beneficencia. Pues no me da la gana. Porque nosotros somos artistas. ¿Sabes qué es lo que pasa? Que como tu estás

yendo gratis, todo el rato te va a llamar a ti. Y la gente que quiere trabajar, no la van a llamar porque cobra. A los que hacen todo gratis se están perjudicando, los están robando por toda la cara. Porque la música lo tiene todo, absolutamente todo. Tiene matemáticas, ciencia… aparte que la música te une, no hay desunión, razas, ideologías, colores, idiomas, nada. Te une. Entonces, pienso que el artista tiene que hacerse valorar siempre. “¿Vamos a una beneficencia? Sí, claro. Para tu beneficio te voy a cobrar la mitad ¿vale? Yo te apoyo con la otra mitad”. Pero no se regala nunca, porque es nuestro trabajo. Cuando vas al mecánico porque se te estropea el coche no le dices que no le vas a pagar y le ofreces el bocadillo y la bebida. Es lo mismo. Es trabajo de cada quien. Si no nos valoramos, la cagada. Todo es un trabajo.

¿Nunca te cansó Michael?

Jamás me va a cansar Michael, jamás. Yo por las mañanas cada vez que me despierto: Michael Jackson. Mira, para que lo vivas un poquito: muchas personas saben inglés y otras no. Pero en cada tema de Michael hay un significado, da mensajes de ser buena persona y que luches por lo que realmente quieres, es mágico. Yo, obviamente, he escuchado a Michael Jackson, pero me enganchaba lo que es el ritmo y no sabía las palabras, pero había partes que, de la fuerza, me hacía llorar, pero yo no sabía lo que decía. Y peor cuando me enteré lo que decía, me quedaba más loco de lo que ya estoy. Es y será un personaje que lo tiene todo, completo. Es místico.

Michael bailando parte de su show (Thriller y Billie Jean) - Valentina Carbajal

Comments


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags

© 2023 by Salt & Pepper. Proudly created with Wix.com

bottom of page